viernes, 10 de abril de 2015

Hace tiempo que no publico nada en mi blog, eso no quiere decir que no escriba casi a diario,
la escritura me llena la vida a mis 86años. Son ratos en los que la mente se encuentra activa,
Me hace mucha ilusión que mis nietos y biznietos piensen en que tienen una abuela cuentacuentos

martes, 12 de marzo de 2013



UNAS ALAS MUY LARGAS Y UNAS BUENAS
VACACIONES.


Ha pasado ya el año y este invierno será frío, se decían
dos ancianos envueltos en mantas de lanas de varios co-
lores, el gato, a su lado con la colita casi chamuscada del
chisporroteo de la chimenea, sus manos sujetaban fuerte-
mente un tazón de leche migada bien calentita. Ella sus-
piró largamente y dijo: ¿Sabes lo que estoy pensando?
Que al Señor le pediría en estos días de Pascua, que an-
tes de que cumpla mi contrato de vida,  me diera unas
alas muy largas y unas buenas vacaciones.-¿Y a dónde
irías?, le dijo el marido mientras tomaba cucharada tras
cucharada de leche migada, ella soltó tranquilamente su
tazón vacío, cogió el atizador movió el tronco de la chi-
menéa y dijo: Así estaremos más calentitos, solamente te
repito, que Dios me de alas muy largas para  poder volar
muy alto y ser como los vencejos desapareciendo en la
bruma de la tarde. Iría a planetas solitarios, plantaría flo-
res de todos los colores, hablaría con la luna para contar-
le los secretos que a nadie he contado, por encima de los
mares volaría casi rozando las olas viendo a las gaviotas
con el pez entre sus picos ,yo vería esos viveros hermosos
de las rosas de los vientos, los amaneceres pintando todo
de color y el atardecer de fuego, por el sol que se va po-
niendo.Y cuando regresara, ¡ Al Señor ese contrato, con
gusto le firmaría!.
-Solamente te digo, le dijo el marido, ¿Cómo tienes tan-
ta imaginación, si no has salido nunca de estas cuatro pa-
redes?
Ella sonreía acariciándole las manos y dándole un beso
en la frente.

jueves, 17 de enero de 2013

EL BOSQUE MARAVILLOSO



Voy a contaros algo que ni yo mismo me creo, pero
sucedió, tal vez por tímido o por romántico, por las
hadas o por el aroma que allí se respiraba.
Solía visitar un bosque frondoso, con un césped de
ensueño, me senté en él, pero poco a poco estiré las
piernas, y luego los brazos. La tarde se echaba enci-
ma, de pronto vi sobre mi cuerpo como iban y venían
unas lucesitas preciosas, los ojos se me cerraban,
quería disfrutar de aquella belleza cuando vi, ¡Unién-
dose hadas cantando y danzando a las luces de las
libélulas!, pero aquello duró muy poco. Me desperté 
por el ruido de los pájaros picoteándome los pies y 
la cabeza, y delante de mí, la mirada inquisitiva de un 
gran pajarraco, de momento no reconocía si era un 
águila un búho o un rompehuesos, de pronto desapa-
reció y escuché una voz que me decía: ¿Quién eres tú
para adentrarse en ésta tierra prohibida? Reaccioné y
pegué un salto, y vi, delante de mi a una insignificnte
criatura ¿Quién sois, un pájaro un enano o un brujo? 
le pregunté, yo ya no se lo que veo, creo que es de to-
do un poco.-¡Las preguntas las hago yo, perdona! me
contestó y empezó a  reir a carcajadas, y desapareció.
De pronto sentí una mano amable y una voz que me
decía: ¡Tienes suerte de que te haya encontrado yo!
¿Te perdiste o te has quedado dormido? Ya es de noche.
- Ni idea, le contesté. 
-Soy el guadián de todas estas maravillas del bosque,
pero hay que tener cuidado de no adentrarse mucho,
por los intrusos algo molestos que no se ven.
¿Buenos o malos? le dije.
-Entre estos arbustos, hay de todo y silenciosos.
-¿Todo pasó?, ¿Que sentí en aquellos momentos cuando
me senté en el cesped? ¿Ilusión , fantasía o miedo?.
Yo veía como mis cabellos volaban por el aire, me fuí
a casa con la sensación de haber vivido algo extraordi-
nario y a la vez terrorífico. Sin pararme siquiera me
metí en la cama. Me levanté temprano,¡Y  cual fue mi
asombro que al mirarme al espejo vi con horror que no
tenía ni un solo cabello en mi cabeza!.
¿Que me pasó en el bosque? Nunca lo sabré.

miércoles, 16 de enero de 2013

LA GALLINA TONTA



Un gran gallinero había en un cortijo, con sus gallos y gallinas.
Cuando el sol abre sus ojos todos arriba al canto de los hermo-
sos gallos cantarines. Las palomas arrullando a sus parejas, las
gallinas con sus polluelos detrás, y todos libres y dispuestos para
comer a la potente voz de un muchacho que va llenando los co-
mederos y bebederos. Y así empieza un nuevo día en la libertad
de un gallinero en la naturaleza.
Cuando todos están hartos de comer, las gallinas van todas al po-
nedero a depositar los huevos. A la caída de la tarde, cuando el
sol se pone rojo en el horizonte empieza la recogida de los gallos
y gallinas llamando a sus crías, todos para dentro del cortijo,só-
lo quedan fuera los perros vigilantes. ¡Pero falta una gallina!, na-
die la echó de menos. Al día siguiente la gallina cansada se puso
a beber en un gran charco, pegó un salto cuando vio un enorme
sapo que la miraba fijamente y le dijo:¡O dios, que susto me has
dado!, pero no tengo ganas de hablar. -¡Ni yo de oírte!- le dijo el
sapo, porque yo estaba muy tranquilo en la charca refrescándome
y además veo que hoy no es tu día, así que adiós y muy buenas.
El sapo hizo intención de saltar cuando oyó la voz de la gallina
que le dijo: ¡Vale vale, no es para tanto!- ¡Pués entonces desem-
bucha, porque te conozco y lo estás deseando!.apuntó el sapo.
-Es que no se por donde empezar.
-¡Ni que fuera un libro! Por la facha que traes con esas plumas
más bien pareces un plumero.
-Te creo.
-Pero no importa, dijo el sapo, desembucha, yo te entiendo.
-Pues allá voy, en ti confió, y le dijo de sopetón: La tonta mis
compañeras me llaman, y lo peor es que yo me lo creo, creyendo
que les hacía favores criándole a sus crías, y  me han decepcionado.
Ellas me traen los huevos y yo se los incubo dándoles calor día
tras día, hasta que salen del cascarón, y ni reconocen mis esfuerzos
ni me dan las gracias.
El sapo la escuchaba y la miraba. Ella seguía y seguía hablando sin
parar.
-Los gallos se ríen de mi porque dicen que soy una pobre fregona,
ellos se pasean orgullosos con su prole y coquetean con sus gallinas
sin reconocer que yo soy la que se los cría, y no me da tiempo ni pa-
ra alisarme las plumas,¡Porque ya es obligación el criarselos!.
-El sapo le dijo: ¿Has terminado? Pues respira hondo y descansa. Te
diré lo que pienso, por un lado te diría que eres tonta, pero no lo eres,
no tienes ni una pluma de tonta , y por eso no te arrepientas de lo que
hiciste y me dijiste, que eso es el don más maravilloso de la naturale-
za ser madre, y tu lo tienes. Pero piénsatelo bien.
-Gracias buen amigo, ya lo veo claro, se acabó el ser madre adoptiva,
sólo criaré a los míos.
Al día siguiente, se vistió de coquetona, y a pasear.
Las otras gallinas que no estaban acostumbradas a sacar crías se les
quedaban los huevos hueros, y los gallos comprendieron el engaño de
las gallinas coquetonas.
Y el sapo contaba esta historia de la gallina tonta que sólo quería un
poco de amor y  comprensión.





jueves, 18 de octubre de 2012

MI NIÑA.

A la guardería va mi niña
muy tempranito.
Cuando la mitad de los
bebés , durmiendo están.
¡Y yo le digo al viento!
no corras tanto,
que me la puedes tirar al suelo
y hacerle daño.
No se preocupe, señora,
que soy como los humanos,
pacífico a veces soy
pero el centro huracanado.
Mi niña ya está en la escuela ,
jugando con los amigos
EL VIENTO.

El viento juega a correr
con los globos de colores.
Con mi niño, el viento juega
cuando mira para arriba
al árbol, lo zarandea
para que en su cara caigan
las gotitas de rocío.
El viento juega a correr
con los papeles en el aire,
como si fueran palomas
para que mi niño corra.
Con mi niño, el viento juega
revoloteándole el pelo,
poquito a poco lo empuja
para que vaya ligero
y no se caiga en el suelo.
Con mi niño juega el viento
con los globos de colores,
y su cara se ilumine
cuando mire para arriba,
y el pueda guiñarle un ojo,
y decirle, para siempre compañero.
Mi niño, con el viento juega.


RECUERDO DE MI NIÑEZ.

Sentada en una silla bajita con el asiento de enea,
a uno de mis hermanos que tenía pocos meses,
mi Madre que con mayúsculas escribo, en sus brazos lo dormía.
Con un pecho en su boquita ¿qué estaría soñando
esa cosita pequeña que lloraba y se reía?.
Yo la miraba, pero ella no decía nada. Veía con que amor
sus dedos el pezón apretaban para que saliera la leche
y que mi hermano mamara.
Así pasaron los meses, era el pequeño de los cinco,
como un muñequito con su carita rosada,
su pelito muy rizado, virutilla de caoba por su color colorado.
Cuantos recuerdos bonitos de las personas queridas.
Muchos años han pasado de cosas buenas y malas,
y los recuerdos te vienen sin saber cómo ni cuándo.

miércoles, 18 de julio de 2012

SUPERSTICIÓN.

Un burrito penco, rebuznón, todo lo que se le pueda llamar
a un animal como el que yo tengo. No se si para bueno o
para malo, que yo lo encontrara y me lo quedara. Fui al pue-
blo por un recado para mi madre, y se me olvidó. ¿Que me
pasó? ¿Como le llamaría yo a ésto: la providencia, casualidad
o ser un gafe y tener el cenizo? Vi una moneda en el suelo, fui
a cogerla, pero un coche la aplastó y sólo se veía un ojo en la
moneda. Corriendo con mi moneda entré en una tienda para
comprar algo que comer para mi y mi burrito, di mi moneda y
sólo vi que me dijeron:¡Fuera de aquí!. Y me tiraron la moneda
encima. Yo me dije ¡que bruta son la gente, y eso que es de
plata!. Tan cansado estábamos mi burrito y yo que nos senta_
mos en la hierba a descansar. Pasó un hombre con una camio_
neta y nos dijo que nos subiéramos. Y así lo hicimos. Cuando
bajamos le dí las gracias, y en agradecimiento la moneda, vi co_
mo la cara le cambiaba de color, me tiró la moneda y me dijo:
¡Que no te vea más por aquí! Nos fuimos corriendo, cuando
sentí que una de las ruedas de la furgoneta estalló, y me dije: por
maleducado.Yo pensé: tengo una moneda de plata y yo con más
hambre que un lagarto detrás de una pita. Pero no culpé a la mo
neda del hambre. El burrito corría y yo detrás. Pasamos por una
casa de juego. Un joven me miró y me dijo: Eres menor, no pue-
des entrar, jugaré por ti. Tengo sólo una moneda de plata , nadie
la quiere, no se porqué nadie se queda con ella... y tengo hambre.
Dámela, el juego es suerte y no superstición. Esperé a que saliera
y me tirara la moneda a la cara. Pero no fue así. Salió con una son-
risa en el rostro, y en la mano una bolsa de dinero , y me dijo: Esto
es tuyo, con la moneda me quedo yo. Nunca lo conté porque ni yo
mismo me lo creía. Compré más comida de la que mi madre me en_
cargó; y el burrito encontró un amigo.
Suerte, superstición, nadie lo sabe:"El destino".

LOS RECUERDOS.

¿Que sentimos cuando vivimos de los recuerdos?
El sino se encarga de jugar con ellos.Nací en una
humilde casa, el cielo era mi techo, dormía bajo las
estrellas; la luna, mi amiga verdadera: todo se lo contaba.
La naturaleza mi escuela. Sabía el ruido del aire cuando
rugía la tormenta, el sonido del agua corriendo por los
arroyos. Me gustaba nadar como los peces, corría como
los cervatillos. Me decían que era fea, ¿qué me importaba
si era feliz con lo que tenía?. Esa era mi vida y estaba con_
tenta. Pero el destino me reservaba algo que nunca me ha_
bría imaginado.Cuando fui mayor me colocaron en casa de
los "señores" como mis padres les decían. Tenían varios hi_
jos, y uno de ellos era ciego; por lo visto me querían para
ser su lazarillo. Al principio me topé con una persona huraña
y mal educada, tenía que aguantar todos sus caprichos.
Recuerdo que mi madre me decía: Tendrás que ser paciente.
Pero aquella no era vida, me ahogaba. Y un día le dije:
Daremos un paseo y harás lo que yo te diga.-Tu que sabes
desgraciada-, me contestó. Pues creo que estaremos todo el
día sentados al fresco;  yo sé vivir, algo que tenemos todos los
que nacemos y vivimos en la naturaleza, y tú poco sabes disfru_
tar de ella,"señorito". Él se quedó callado y pensó que aquella
muchacha no era como se imaginaba. Si te dejas llevar por mí,
te repito, te haré vivir en mi paraíso. Daré vida a tu vida, te en_
señaré el contacto con los animales, el de la lluvia en el rostro,
la luna con sus encantos y los pájaros con su trino.El muchacho
cambiaba, todos lo notaban, ya no era huraño, era amable;
deseaba que llegara la muchacha de voz dulce y manos agrada_
bles. Sus vidas se unían, sin saberlo, cada vez más fuerte. Hoy,
le dije , te haré volar como los pájaros: y en un columpio entre
los árboles reíamos y reíamos... Los días pasaban llenos de ilu_
siones. Empezamos a vivir los placeres del amor. Agarrados de
las manos éramos felices como nunca lo habíamos sido. Pero el
destino quiso algo diferente...Un día me cogió las manos apreta_
das y me dijo: Me marcho a la ciudad, voy a operarme de la vista.
El corazón me dio un vuelco. Pasaron los meses, y un día me en-
teré que los señores habían vuelto.Corrí a la casa, como todos los
empleados, para ver al señorito que había recuperado la vista.
Pero él llegó y al verme dijo: ¿Quién es esa muchacha tan fea?
Todos empezaron a reírse. Agaché la cabeza sin decir nada. La
madre del muchacho le dijo: es tu lazarillo. Se quedó helado, no
supo que responder, demasiado tarde de lo dicho. Al cabo de los
años, él recordaba su vida detalle por detalle y así lo escribió:
Había marchitado la flor silvestre más maravillosa de su existencia,
la buscó pero nunca la encontró. Su vida era  una rutina. Por eso a
veces iba al jardín, cerraba los ojos y cogiendo su bastón con tanta
fuerza que imaginaba las manos de la muchacha,  que tan bella era
por dentro, y le dio sus ojos para enseñarle a ver la verdadera vida.





lunes, 16 de julio de 2012

EL GATO.

Un muchacho asomado a la ventana de su casa se decía: - ¡Si yo me
marchara de este pueblo creo que mi vida cambiaría!.Dicho y hecho.
Estaba decidido a probar suerte. Pero cuando se iba a retirar de la
ventana, ¡Zas! un gato negro saltó de la calle y le cayó encima.¡Horror!
Aquel animal le traería mala suerte; lo cogió por el rabo y lo tiró en medio
de la calle, y le dijo:-¡ No quiero verte más por esta casa! -Pero al cabo
de varias horas se arrepintió de lo dicho, se asomó varias veces y no vió
al gato. Pasaron los dias y nada, como si se lo hubiese tragado la tierra.
Pero una tarde, ya cansado de asomarse a la ventana, vió una sombra que
 se movía. Se horrorizó y salió a la calle, pero no vió a nadie. -¿Dónde dia_
blos estás? -.Se lamentó de lo dicho cuando escuchó una voz que le decía:
-¡ De que te quejas, tienes lo que te mereces insensato! -¿Quién sería su
conciencia o el gato? Pero por mucho que miraba nada veía. Le entró el
pánico y se acostó. Pero de pronto, corría y corría; no corría, volaba. Sentía
aullidos y más aullidos, se alivió al ver al gato, ¡pero! ¿Con quién estaba y
quién era su acompañante? ¿Tal vez el diáblo con pata de cabra y toda su
corte saltando y gritando dándose un gran festín? El gato se comía los pollos
 y conejos enteros con plumas y pellejos, todo lo que se le ponía por delante.
De pronto sus ojos querían salirse de sus órbitas: el gato crecía y engordaba
como un globo.¡Horror de un momento a otro estallaría! La cabeza le daba
vueltas. Iba a desmallarse cuando algo le golpeó en la espalda, creyendo que
sería el gato chilló. Su madre lo despertó y le dijo:-Mira Pedro, todos los
ratones que el gato ha matado ésta noche.
¡Oh gracias Señor porque todo ha sido sun sueño!.